Me enteré por el facebook, que una mexicana ganó el concurso de Miss Universo. No pude evitar entrar en uno de los tantos videos colgados para ver la final y observar cómo la tapatía hacía lo que todos esperábamos que hiciera -¿les enseñan a reaccionar de una manera específica o por qué todas hacen lo mismo?- No puedo evitar mostrarme contrariada, obviamente me parece un certamen ridículo pero no me mal interpreten sé que son bellísimas y no creo que sea un trabajo fácil, por favor el mantenerte así requiere de muchísimos sacrificios, pero festejar lo que un pequeño grupo de personas dicen qué es “la belleza” y luego “universal” me parece desmesurado y sí, también indignante. Al verlo recordé inmediatamente mi adolescencia, eran los noventa y las “top models” estaban en su apogeo, la música oscilaba entre las exageradas Spice Girls, la inmortal Madona y los grupos furiosos e incomprendidos como Nirvana. Realmente era difícil sobrevivir la adolescencia en ese contexto. Yo me agarré de los furiosos adolescentes, no porque yo fuera parecida a ellos pero mi novio de momento sí y ya saben como funciona eso de los novios y la adolescencia.
Miss Universo es tan kitsch como los noventa, como una mezcla chusca de formas plásticas y de mundos intensos y supuestamente profundos. Y ahora que vi el concurso (la final) no pude evitar recodar esos momentos contados en que con mi familia nos sentábamos en la cama a verlo y opinar lo que era o no la belleza. No puedo dejar de sentir vergüenza, como cuando ves una de estas fotos de primero de secundaria y después de reír intentas desaparecerla.
Veo que a muchos compatriotas les llena de orgullo, pues sí, por fin una noticia novedosa, el mundo se ha dado cuenta de que en México no sólo matan, roban y encarcelan a las mujeres por abortar, no, también está la mujer más bonita del universo, no importa que no se parezca ni a la mitad de las mexicanas, por lo menos no es güerita y eso ya es ganancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario