martes, 8 de diciembre de 2009

Que pena penita siento



Las relaciones humanas son difíciles, creo que no existe una realmente sana. Ahora me estoy dando cuenta que la mayoría (esto significa que: NO todas) de mis relaciones son relaciones desequilibradas. Creo que en general puedo dividir mis amistades en dos: las que son de protección y las que son de reciprocidad. Esta última creo que es la más sana, significa que me sitúo en el mismo “nivel” que la otra persona, que igual necesito de ella como ella necesita de mi. En la primera la relación es desequilibrada, me siento la protectora y cualquier cosa que les pasa a mis amigas lo siento, lo siento mucho y tiendo a proteger de cualquier forma a esa persona. Falsamente esto se escucha muy lindo pero en realidad el sentimiento no es tanto de empatía pura y sincera sino que tiene un fuerte componente de pena. La pena de aquí, que es diferente a la nuestra, y que estoy empezando a entenderla. Estoy inciando nuevas relaciones y me di cuenta que ya comencé a sentirme protectora, a defender por cualquier comentario, chiste o mirada a aquellas futuras amigas. Y no está bien, porque dentro de esa protección lo que en realidad existe es lástima y la lástima es patética. Romper con los patrones es difícil pero si algo te permite el comenzar una nueva vida en un nuevo mundo es también crear nuevas formas y estructuras. Hacer amistades para mi es un proceso lento y penoso, me da flojera porque las que tengo son las que quiero y me son suficientes… pero sé que ahora necesito otras que estén fisicamente cerca. El problema de hacer consciente el proceso de hacer amigos es que me vuelvo un poco freak, cuando conozco a alguien innevitablemente pienso ¿Serás tu mi próxima amiga? Y obviamente siempre les encuentro defectos (ja, sí, ustedes amigas son únicas y casi perfectas… o no, pero no importa así las quiero).
He estado recordando mis primeros meses (años en realidad) en el DF, sin "mis personas", conociendo gente nueva con la que no tenía nada en común y extrañando como loca a mis amigas. Diez años después vuelvo a sentirlo. Pensé que podía bajar mis exigencias pero no, la edad nos va haciendo más quisquillosas, al igual que con los hombres ahora exijo más de una amistad, ya no quiero una amiga sólo porque se ponga los mismos tenis que yo. Con 31 años (casi 32) busco a una amiga con la que tenga muchas más cosas en común: que igual pueda platicar de los últimos chismes de la farándula como filosofar sobre nuestra insignificante existencia. Y ahora además le tengo que sumar otra característica: hacer de mis amistades relaciones equilibradas… que cansado, y todo porque siempre olvido meter a mis amigas en la maleta.

3 comentarios:

Ces´t moi... biscuit!! dijo...

Sislita!! Fíjate que es algo, precisamente, que me he puesto a pensar mucho de un tiempo pa acá... después de tanta terapia... no solo de mi psico, sino TUYA!! Siento que nos hemos recargado mucho en ti; mi mamá, mi papá y yo. En lo que a mi concierne, te lloro, me lamento, reprocho "queja queja" y tus mil consejos siempre me han hecho sentir bien!! SIEMPRE me escuchas y me apoyas muchísimo, me das ánimos... y sí me pregunto... qué tanto te he dado yo.... yo no te quiero quitar, te quiero dar... espero te haya dado muchas cosas sisly, pero se que quiero darte mucho muchísimo... y si no lo hice antes, lo quiero hacer ahora (it´s just fair)!! Te adoro sista... peace out, jaja!! :P

Morazul dijo...

Biscuit!! ja jajaj mmm no lo había pensado así... algo más que pensar, ja. Du gibst mir auch sehr sehr viel!!! meine liebe, yeah peace out.

Amaranta dijo...

Amiguis, yo no lo sé de cierto pero supongo que construir relaciones es tan difícil como construirse a uno mismo, o más, porque hay un otro independiente y con sus propios rollos mentales.
Supongo también que las relaciones nunca podrán ser perfectas, pero que si hay amor sincero, entonces valdrá la pena trabajar por hacerlas mejor cada día.
Supongo que igual está padre que contemos con alguien, además de nosostras mismas, para sanarnos, y que sea recíproco.
Por último, supongo que empezar nunca ha sido fácil, pero tampoco lo ha sido continuar y terminar, así que amiga, si necesitas de un abrazo para cubrirte del frío, cuenta con el mío.
Te quiero mucho.
Amaranta