Hoy (que no es exactamente hoy) amanecí con la sensación de que algo muy importante había pasado, ¿pero que cosa habría pasado si estaba dormida? Tenía que haber sido un sueño. Intenté recordarlo pero en ese momento no lo logré y lo dejé de lado, ahí en donde se guarda eso que inquieta pero que tampoco logra eclipsar todos los pensamientos. Mientras me hacía el desayuno y Don Prehistoric leía sus libros virtuales, lo recordé, me vino esa sensación que estaba ahí guardada: ¡Estaba embarazada! dije en voz alta. Que digo embarazada… no, ¡soñé que tenía un bebé, o sea soñé con el parto! Sí, en mi sueño tuve un parto y después creo que olvidé al bebé y me dediqué a correr porque alguien me perseguía – como en todos mis sueños-. Pero ahí estaba, eso era lo que me preocupaba, esa sensación de saber que algo importante había pasado. Don Prehistoric hizo como si no hubiera dicho nada pero su supuesta tranquilidad no duró mucho: “Me estás asustando”, yo me limité a sonreír. Hay que aclarar que Don Prehistoric estaba convencido, a diferencia de mi, de que ya quería ser padre, esto hasta antes de llegar a España y de que entrara a la maestría. Hemos cambiado, como yo no tengo nada más interesante que hacer lo he estado meditando: ¿si ahora no es el momento perfecto entonces cuándo?
Antes podía dividir a mis amigas entre las casadas y las solteras, ahora las puedo dividir entre las mamás y las que todavía no están “preparadas” para asumir tal responsabilidad, gajes de la edad. Yo de forma natural me colocaba entre éstas últimas y no porque no hubiera crecido en mi esa necesidad, el “llamado de la selva” le llama acertadamente Nicolás a la sensación de querer ser padre (que es cuando cualquier cachorrito de la especie que sea te arrancan un ‘aaaaaah’ unido a un suspiro), no, el llamado de la selva ahí está desde hace un rato pero siempre había algo más que me había detenido. Bueno, la verdad es que eso más es seguramente un poco de egoísmo, me gusta sólo pensar en mí. Pero ahora, en la inactividad me he puesto a pensar en el tema y un poco para divertirme he estado preocupando a Don Prehistoric. Él se asusta y yo quedo totalmente complacida, nunca ha intentado hacer lo que coloquialmente llaman psicología inversa, creo que si él convencido me dijera que sí, yo tal vez saldría volando. Ahora fue uno de esos días, divertida le contaba mi sueño mientras veía cómo su cara de indiferencia se transformaba en preocupación. Lo que pasa cuando una no tiene nada mejor que hacer.
2 comentarios:
ay si una flamenquita!!!
Qué pedo con el siguiente post??? Ya estamos a miércoles y na' de na'. No ves que moví cielo mar y tierra con las maravillas tecnológicas para entrar al blog y ahora me encuentro con que no has escrito nada? Bueno, espero que tengas inspiración y pronto pueda leerte. Beso!!! Pohabibi
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