viernes, 15 de enero de 2010

No quiero ser como la Pau




Creo que mentí un poco en el post pasado, si bien no hago una lista de propósitos, sí tengo uno claro para este año que comienza: encontrar trabajo. Y, sin darme cuenta de que era un propósito de año nuevo, entré de lleno y con todo a cambiar mi situación laboral. Así, reestructuré mi cv, aprendiendo de los errores del año pasado hice dos diferentes para dos tipos de empleos: mientras que en uno era experta en atender teléfonos, hablar inglés, arreglar computadoras, doblar camisas, servir la sopa sin derramarla y sonreír sin cesar; en el otro podía transformar una marca y entender las más profundas pasiones de los consumidores porque claro, la antropología, la historia y sobre todo la etnohistoria me habían dado las herramientas para entenderlo todo. Y así navegue y busqué empleos, envié cv's como nunca antes e imprimí una cuantiosa cantidad de ellos. Ahora sí, nadie se me iba a escapar, alguien tendría que hablarme. 
Y sorpresa, al siguiente día me hablaron de una empresa, que cuando me llamaron por teléfono no entendí el nombre, pero ¿que importaba? era mi primera entrevista, estaba emocionada. La entrevista fue extraña, en realidad no me preguntó mucho, “No necesitas saber nada” y dijo: “Aquí no hacemos ventas”, es sospechoso cuando alguien te dice que no hace algo y no logra explicarte muy bien lo que sí hace. La cita fue rápida y tuve poco tiempo para preguntar detalles, dentro de los cuales estaba la cuestión del pago. Me pidió que fuera al día siguiente para que viera cómo trabajaban y, si me gustaba, hablaríamos después de todos los detalles. Llegué un poco incómoda a la casa, me había dado cuenta de que no solamente seguía sin saber el nombre de la empresa, en realidad no sabía nada de ellos. Esto inquietó a Don Prehistoric y, con esa inteligencia paranóica que lo caracteriza, sólo dijo: "Es una pirámide". No estábamos seguros de nada pues yo no había llegado con mucha información y tampoco estaba en la situación de ponerme los moños. 
Al siguiente día llegué al lugar a las 8 de la mañana, encontré 10 personas hablando frente a un pizarrón y a unos carteles en donde yo sólo alcazaba a leer: Los 8 pasos para…, no hacía falta leer lo que seguía para saber que la palabra ‘éxito’, ‘optimismo’  o algo por el estilo estaba escrita. Total, fui engatusada por ellos y me enviaron con el que notoriamente era el mejor a trabajar. Cuando preguntaba por el pago, siempre cambiaban de tema insistiendo que las personas que estaban ahí eran personas que se querían volver ricas, que querían el éxito y que estaban porque querían tener su propia empresa, nunca recibí una respuesta. Como se podrá suponer el trabajo sí eran ventas, en específico se engañaba a la gente para que firmara y por cada contrato firmado el vendedor ganaba 25 euros, aunque todavía no lo tengo muy claro, y sí, como bien dijo Prehistóric, era una de estas empresas pirámide.
Lo peor del momento vino a la hora de la comida: “¿Sabías que tu puedes ser como Paulina Rubio?” me dijo Abel, uno de los vendedores, haciendo que casi me atragantara con mi bocadillo, “Noooo” dije (error, me faltó decir ‘por favor’), “Claro que sí, ella es una persona común y corriente como tu y como yo”, “Si ya sé” dije, “Tu puedes ser como ella” repitió, “Claro...si eso es lo que quieres”  contesté, “Sólo un 3% de los que entran en esta empresa se quedan aquí, porque sólo ese 3% es el que tiene todo para llegar a tener éxito y ser ‘alguien’ en la vida”, (le faltó añadir: como la Pau). Discutir era perder más tiempo del que ya había perdido, por lo que yo sólo sonreía. Cuando todos se distrajeron huí… bueno no, en realidad el día fue largo, tuve que terminar con ellos y regresé a la casa hasta las 8:30 de la noche con la tarea de estudiar, “¿Crees que algo se regala?” Me repetía Sergi el instructor, “Nooo, todo cuesta y por eso harás un examen para ver si te quedas en esta empresa”. Regresé a casa con el tema del exámen: los ‘8 pasos para el éxito’.
A ver, es verdad que con dinero se vive mejor, innegable, y que el éxito es bueno (habrá que ver que significa éxito para cada persona) pero ¿querer ser como Paulina Rubio?... no se preocupen, ahí fue cuando ellos me perdieron.

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