Estamos en un lugar estratégico de Italia, Ferrara está muy cerca de varios lugares súper interesantes en términos de arte. Ahora que lo escribo pienso que es una obviedad, ¿qué parte de Italia no? buuuu para mi. Pues sí este país es como un gran museo, estoy segura de que habrá cosas modernas pero ¿a quién le puede interesar eso cuando tienes “la historia del arte” a la mano? Nosotros decidimos sacrificar nuestra comodidad –vivimos en un lugar súper básico, por no decir gacho- para poder viajar y ver en vivo aquello que habíamos conocido sólo en libros. Hemos hecho viajesillos de un día a varios lugares y quiero mostrar un poco de eso que hemos visto y nos ha impactado. Sí, temo decir que lo que he visto es puro lugar común, puro cliché, pero es inevitable no hablar de ello, ¡tantos críticos de arte no pueden estar equivocados! Decidí meter en este blog -que da patadas de ahogado- un pequeño diario de nuestros viajes, tal vez será un poco aburrido pero es algo que a la larga me traerá buenos recuerdos. Como todo diario de Arloinne corre el peligro de desaparecer pronto pero haré el intento de mantenerlo a flote.
Y sin más explicaciones:
Ayer fuimos a Rávenna, una ciudad-pueblo -ay ya sé que tengo que quitarme el trauma del tamaño de las ciudades en Europa pero es uno de los (de)efectos de haber vivido tanto tiempo en el DF- como decía, fuimos a ver los grandiosos mosaicos bizantinos que decoran las iglesias de la ciudad.
Por fin nos atrevimos a ir a la estación de tren de Ferrara en bici, aclaro esto porque en Ferrara es costumbre robar bicicletas de ahí (luego subiré una foto para que vean la gran oferta de bicis), pero vivimos lejos y así era más rápido. Obvio como buenos mexicanos escogimos estratégicamente el lugar para estacionarlas, ya saben: un lugar de difícil acceso pero tampoco tanto, para que la gente pueda ver que se la están robando, y además pusimos todos los candados y cadenas que pudimos.
El viaje fue un éxito, por fin logramos ver todo lo que queríamos en un día, para esto tuvimos que hacer algunas modificaciones en nuestras costumbres como no comer en ningún lugar más o menos “formal” (y no hablo de un restaurante elegante, sino de cualquier puesto con mesas y sillas) y llegar más temprano al tren, por eso nos arriesgamos con lo de la bicicletas.
Comimos una deliciosa Piadina, un pan muy característico de aquí que es parecidísimo a la tortilla de harina lo que nos hace muy felices porque ya nos hacemos quesadillas como las que nos hacíamos en Guadalajara, y bueno, para eso entramos en el mercado, que me encantó porque nos recordó al de la colonia Del Valle, sólo me faltó mi café de ese puestito famoso (que ni recuerdo el nombre), chéquenlo en la foto abajo ¿si o no se parece? Claro, hay que usar un poquitín la imaginación y cambiar las piernas de jamón serrano por cabezas de puercos y así –detallitos-, pero fui ¡tan feliz!
Y qué decir de los mosaicos, cuando entras a una iglesia piensas que son los mejores pero luego entras a la otra y decides que no, que esos sí son los mejores y así pasa de iglesia a iglesia. Y claro, comienzas sacando miles de fotos pero luego te das cuenta de que como estas viendo casi lo mismo –problema de saber poco de arte- ya no tiene sentido sacar más, ja, o algo así nos pasó. Pero dejo abajo unas fotillos para que las vean, aclaro que no soy fotógrafa –eso se lo dejo a David-, para mi sólo funciona como una herramienta de mi memoria. Las demás fotos las subo al facebook.